Don Quijote al llegar a su casa fue a comprar comida. Al
salir del supermercado se encontró con el alcalde que lo echó de la ciudad y lo
mandó a la selva maldita.
Allí Don Quijote encontró un Koala gigante, tan grande que su nariz llegaba a la cafetería de la torre
Eiffel. Ese koala siempre se subía en una rama. El koala había sido víctima de
un científico loco que lo hizo gigante. El koala también tenía los dedos
separados.
Tenía un pelaje espectacular,
blanco como la nieve, unas uñas afiladas y bonitas.
Don Quijote lo utilizó como una
mascotita que le transportaba a todos los sitios.
Don Quijote, después de que le
expulsaran de aquella ciudad, decidió utilizar al koala para transportarse a
algún lugar misterioso.
Agarraron al koala Y pronunciaron
las palabras mágicas:
“Koala Micaroala tuanala munuala, llévame de viaje a un
lugar muy emocionante”
En ese mismo instante el Koala
escuchó las palabras mágicas que había pronunciado Don Quijote y salió
disparado hacia el lugar más emocionante que jamás habían visto sus ojos. Tanto
es así que llegó a una selva misteriosa y maldita.
CONTINUARÁ...
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